Siempre hay luz al final del túnel. En un momento de crisis profunda como el actual, en el que necesitamos cambiar un modelo productivo que ya no funciona, es importante constatar que no todo son problemas. Nos quedan muchos caminos por explorar. Existen propuestas innovadoras y perfectamente realizables que pueden conducirnos a un nuevo modelo económico y social mucho más sostenible, basado en el conocimiento, en el capital intelectual. Es el caso de los centros de excelencia tecnológica, auténticos impulsores de la innovación y la capacidad emprendedora. De eso vamos a hablar precisamente en el post de hoy. De las respuestas innovadores que, entre todos, somos capaces de dar a la crisis.

Nace Madrid On Rails

El Ayuntamiento de Madrid -con el apoyo del Plan Avanza- acaba de inaugurar Madrid On Rails, un centro de innovación pionero que va a encargarse de acercar la tecnología a las pequeñas y medianas empresas, una de las asignaturas pendientes de nuestro actual modelo productivo. Madrid On Rails desarrollará programas de gestión gratuitos para que las pymes puedan realizar su trabajo de una forma más eficiente, y formará a las empresas que así lo deseen en nuevas tecnologías, con una atención especial al software libre. El objetivo es reducir la brecha digital, y conseguir que las pymes -madrileñas y no madrileñas- dispongan de todos los medios para ser más competitivas.

Esta iniciativa cobra un valor muy especial por varios motivos: para empezar, porque ataca uno de los puntos débiles de las pymes españolas, como es la escasa implantación de las nuevas tecnologías; en segundo lugar, porque la inversión en formación y tecnología es una condición sine qua non para construir un nuevo modelo productivo mucho más competitivo y sostenible, que nos ayude a superar la actual crisis económica; y por último, porque Madrid On Rails va a explorar algunos caminos de futuro, como los que está abriendo el desarrollo del software libre, para tejer una auténtica red de innovación que sin duda dará sus frutos en un futuro nada lejano.

Resumiendo, estos son los resultados que podemos esperar:
– Difusión y extensión del uso de las nuevas tecnologías
– Desarrollo de programas de gestión demandados por las pymes
– Fomento de las comunidades de desarrollo tecnológico
– Creación de un tejido altamente innovador, y con una gran cultura y capacidad emprendedora

Diagnóstico de la brecha digital

Pero, ¿por qué las pequeñas y medianas empresas españolas siguen tan alejadas de la tecnología? Son varios los motivos. Vamos a tratar de analizarlos: para empezar, por el precio. Todavía estamos acostumbrados a los programas de software propietarios, en los que se paga por licencia, y en los que cada año hay que afrontar el pago de una nueva versión. La respuesta que el software libre da a este problema es definitiva: gratis.

Otro de los problemas para la adopción de las nuevas tecnologías está en la complejidad del software tradicional, que parece diseñado para las necesidades de las grandes compañías. Las pequeñas y medianas empresas no necesitan programas que hagan miles de cosas, sino programas que hagan muy bien aquellas cosas imprescindibles para el funcionamiento del negocio: generar facturas, llevar los gastos, controlar las ventas, gestionar tareas… Es precisamente en este tipo de aplicaciones, utilizadas por el 99% de las pymes, en las que se ha concentrado Madrid On Rails.

La complejidad del software tradicional no se encuentra sólo en el uso, sino también en la instalación y, sobre todo, el mantenimiento de los diferentes programas. Los autónomos y los pequeños empresarios no pueden permitirse un equipo propio de sistemas que se encargue de resolver todas las complicaciones. Cada exigencia técnica se traduce en un gasto mayor para la empresa.

Para solucionar este problema, Madrid On Rails apuesta por la filosofía de Google, conocida como Software como Servicio. Según este modelo, los programas ya no están en el ordenador del usuario, sino en un servidor al que puede acceder siempre que quiera y desde cualquier lugar con conexión. La principal ventaja del Software como Servicio es que la empresa que proporciona el servicio -en este caso Madrid On Rails- se encarga del mantenimiento, las actualizaciones, y de cualquier problema que surja. Ya no hace falta comprar servidores. Tampoco es necesario realizar ninguna instalación. El programa está en la Red.

Un camino para avanzar hacia un modelo productivo más sostenible

Como he comentado, la crisis económica y financiera ha sumido al mundo en un estado de profunda incertidumbre. Los responsables políticos han entendido que, en este escenario, el papel de las instituciones públicas resulta fundamental, y han respondido a la crisis con medidas de estímulo y reactivación. En España, la más importante ha sido la inyección de 8.000 millones de euros a los municipios para financiar obras de ejecución inmediata.

Se trata de una medida seguramente muy necesaria, pero limitada al corto plazo y basada, en buena parte, en recetas del pasado: inversión en ladrillo, asfalto y cemento. Está medida tendrá -ya está teniendo- un efecto positivo en la economía, pero por sí sola no conseguirá sacarnos de la situación de crisis en la que nos encontramos porque no es sostenible en el tiempo. A pesar de la urgencia, debemos ser capaces de mirar un poco más allá: es en el capital intelectual donde tenemos que centrar nuestras actuaciones. Por eso, iniciativas como la de Madrid On Rails pueden marcar el camino más adecuado.

Software libre para las administraciones públicas

Y quizá podamos ir todavía más allá. Si dedicamos parte de esa inversión pública a la creación de centros de desarrollo de software libre, los ayuntamientos podrían contar con auténticos centros de innovación y conocimiento. Crearíamos un tejido intelectual especialmente dinámico, que enseguida generaría nuevas oportunidades de negocio. El impacto y el alcance de esta propuesta sobre la economía sería real y sostenible. Nos permitiría escapar de la economía del ladrillo para invertir en economía del conocimiento y en capital intelectual. Formaríamos y daríamos trabajo a personal altamente cualificado, situaríamos a España en una posición de ventaja y relevancia al apostar por la innovación, y contribuiríamos a desarrollar una plataforma tecnológica libre y abierta de la que inmediatamente podrían beneficiarse tanto las pymes como las propias administraciones públicas.

Si estos beneficios no resultan de por sí convincentes, podemos considerar otro poderoso efecto sobre el sistema económico: el ahorro generado en licencias de software -especialmente en el seno de las administraciones públicas- y la generación de nuevos mercados y proyectos de calidad permitiría financiar esta iniciativa. Estamos hablando, por tanto, de una alternativa real, económicamente sostenible, innovadora y altamente dinamizadora.

Un impulso definitivo a la sociedad del conocimiento

Si decidimos construir una carretera, es evidente que vamos a conseguir emplear a un número importante de trabajadores. Pero la carretera se acaba y, si no queremos que esas personas se queden nuevamente sin empleo, no nos queda más remedio que construir otra. El problema es que no solo se acaban las obras; también lo hacen los fondos que con tanto esfuerzo hemos destinado a la construcción de infraestructuras. Como ya hemos avanzado, el resultado es una actuación puntual en el tiempo y de alcance limitado.

En cambio, la apuesta por el conocimiento perdura, genera nuevas oportunidades que se autoalimentan; crea nuevos mercados, y construye la base -intelectual y material- para innovaciones posteriores. No podemos olvidar que la esencia de este nueva época es, precisamente, compartir el conocimiento, y que en este campo el software libre tiene un potencial extraordinario; es el representante más genuino del nuevo paradigma que estamos viviendo. Gracias al desarrollo del software abierto podemos trabajar y podemos comunicarnos en una plataforma libre, eficiente, segura, transparente, compartida e independiente. Estos son, justamente, los valores que definirán el nuevo espacio lleno de oportunidades que nos espera tras la crisis.

No podemos dejar que los problemas nublen nuestra vista. Quizá estemos más cerca de la solución de lo que pensamos. Necesitamos abordar los retos con un nuevo enfoque. Con sólo enfocar adecuadamente nuestros esfuerzos, podemos situarnos en la vanguardia del conocimiento. Es una gran oportunidad a la que no deberíamos renunciar.

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