“Demasiado a menudo, el pueblo no sabe en que está trabajando el gobierno, y cuando se entera, no le gusta lo que el gobierno hace. Por ello no vamos a ser capaces de cambiar América a menos que cuestionemos la cultura que ha dominado Washington durante demasiado tiempo. Y eso significa iluminar con una luz brillante y dar transparencia a todo lo que hace nuestro gobierno.” Presidente Barack Obama
Creo que la toma de posesión de Barack Obama como presidente de Estados Unidos -celebrada el pasado 20 de enero- no ha defraudado a quienes habíamos puesto nuestras esperanzas en que él sería el encargado de llevar una nueva forma de hacer política a la Casa Blanca. En su primer discurso como presidente, Obama dijo muchas cosas que el mundo deseaba oír, y las dijo con su habitual frescura y transparencia. Los analistas han destacado la trascendencia histórica del acto, por tratarse de la primera persona de color que accede a la presidencia los Estados Unidos; pero también debemos hablar de su carisma y de su capacidad para transmitir su sueño de cambio, que hoy nos permite vislumbrar un mundo mejor a pesar de la situación de crisis e incertidumbre que estamos atravesando.
En su discurso, Obama fue más allá de lo que muchos esperaban tanto en las palabras como en los hechos. Anunció el cierre del centro de detención de Guantánamo y una retirada de las tropas de Irak, y prometió que “la esperanza se impondrá al miedo”, y que “la voluntad común se impondrá al conflicto y al desacuerdo”. Consciente de los momentos de incertidumbre que vivimos, evitó caer en el triunfalismo, y advirtió claramente de que los desafíos de su país son reales, y de que la tarea no será fácil. Estas fueron las palabras que utilizó: “Será preciso mucho trabajo de todos, grandes cambios de actitudes y la recuperación de algunos viejos valores sepultados por la filosofía de la opulencia y el todo vale”.
La visión global, tan necesaria hoy en día, también estuvo presente en el discurso de investidura. Obama señaló varias prioridades importantes para el conjunto de la humanidad, en especial, la de luchar contra la proliferación nuclear y el cambio climático, y la de contribuir más al desarrollo de los países pobres. Además, el nuevo presidente hizo una oferta específica al mundo musulmán para abrir un nuevo dialogo “basado en intereses mutuos”.
Esta nueva forma de hacer política está muy lejos de lo que vemos cada día en nuestros televisores: debates más interesados en hacer daño al adversario que en construir valor colectivo. La nueva forma de hacer de Obama representa una esperanza y ha sido capaz de liberar una energía humana importante entre los miembros menos privilegiados de la sociedad estadounidense. Su “osadía de la esperanza” está basada en la transparencia, la colaboración y la participación de los ciudadanos; la visión necesaria para reconstruir un país basándose en esos principios; y la credibilidad que le concede su trayectoria hasta la presidencia, en la que siempre ha mostrado una apuesta clara por estos nuevos valores.
La transparencia es la base de la confianza
Como he señalado en una conversación anterior, creo que Obama representa una nueva forma de hacer política. Su propia trayectoria personal como senador, y su forma radicalmente nueva de financiar y de comunicar su campaña electoral, dan credibilidad a su visión, y le califican como un auténtico Líder 2.0. Ahora ha llegado la hora de hacer realidad todas estas promesas. Las expectativas son muy altas. Buena parte del mundo le ha tomado como referencia; como el punto de partida para una nueva forma de hacer las cosas. Y no es para menos: el nuevo presidente tiene la posibilidad no solo de renovar a la sociedad americana, sino de transformar todo nuestro sistema político.
Es precisamente ahí, en la transformación del sistema político, donde debemos buscar la verdadera contribución de Obama: en la devolución del poder a los ciudadanos de a pie; en el restablecimiento de la confianza de los ciudadanos en el gobierno y en sus políticos; y en la confirmación de que un gobierno de todos y para todos es la mejor manera de resolver nuestras diferencias. Si lo pensamos bien, todas estas transformaciones se basan en una premisa fundamental, quizá la de mayor calado: la transparencia es la base de la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes. Si las instituciones y la acción de gobierno no es transparente, no hay confianza. Y si el pueblo americano no recupera la confianza en su gobierno, le será prácticamente imposible resolver los problemas financieros, diplomáticos y militares que ha heredado de la nefasta presidencia anterior.
De la ética de las intenciones a la ética de la acción
La ética que necesitamos para salir de la crisis en las que están sumidas nuestras instituciones no puede ser una ética limitada a “las buenas intenciones”. Necesitamos una ética de de la acción y de la responsabilidad; una ética que nos permita transformar las estructuras actuales para construir organizaciones más transparentas, justas y eficaces. La buena noticia es que, desde el principio, Obama ha dejado muy clara su apuesta por la transparencia:
“La manera de hacer que un gobierno sea responsable es exigir que rinda cuentas de sus decisiones. Y la mejor manera de hacer un gobierno responsable es hacerlo transparente, para que el pueblo pueda saber exactamente qué decisiones se están tomando, cómo se están realizando, y si se sirven bien sus intereses”.
Y lo mejor de todo es que estas propuestas no se han quedado en una mera declaración de intenciones. Las primeras acciones de Obama han sido consecuentes con todo lo expresado, hasta el punto de que tampoco ahí nos sentimos defraudados. El valor de estas iniciativas es todavía mayor, si tenemos en cuenta el poco margen de maniobra que le concedía la situación económica de su país y del resto del mundo. En este complicado escenario, Barack Obama ha asegurado que el objetivo de su gobierno es poner en marcha una nueva era de apertura y transparencia, revirtiendo para ello el abuso del secreto y opacidad, que han sido “santo y seña” durante la Administración Bush.
Comunicación, transparencia y participación
La página web de la Casa Blanca –whitehouse.gov– va a convertirse en una de las herramientas clave para informar puntualmente de la acción de gobierno. A los pocos minutos de la toma de posesión de Barack Obama, Macon Phillips, el director de Nuevos Medios, publicaba en el blog de la Casa Blanca las tres prioridades de whitehouse.gov en relación con los ciudadanos:
Comunicación. Los estadounidenses están ansiosos por obtener información sobre el estado de la economía, la seguridad nacional y muchas otras cuestiones. Este sitio ofrecerá contenidos relevantes y en profundidad, con el objetivo de mantener a todos los ciudadanos permanentemente informados sobre los asuntos de interés interés general y sobre las decisiones importantes del presidente y su administración.
Transparencia. El presidente Obama se ha comprometido a convertir su administración en la más abierta y transparente de la historia. Whitehouse.gov desempeñará un papel importante en el cumplimiento de esa promesa. A partir de ahora, las ordenes ejecutivas y las proclamas del presidente se publicarán para que todo el mundo las pueda revisar. Y esto es sólo el comienzo de una serie de esfuerzos que la nueva administración emprenderá para proporcionar a todos los estadounidenses una ventana en la que seguir puntualmente las actividades del gobierno.
Participación. Tal como prometió Obama en su campaña, la participación ciudadana será una prioridad para la administración. Internet jugará un papel muy importante en ello: todas las leyes urgentes se publicarán en el portal whitehouse.gov durante cinco días, para permitir que los ciudadanos las revisen y hagan sus comentarios antes de la firma presidencial.
En línea con todas estas acciones, también ha tenido una gran importancia el Memorando Presidencial sobre Transparencia y Gobierno Abierto, por el cual Obama ha encargado a tres altos funcionarios de la administración que, en el plazo de 120 días, presenten una directiva con acciones específicas para aplicar los siguientes principios de apertura y transparencia:
Transparencia y gobierno abierto
Mi administración se compromete a crear un nivel sin precedentes de apertura en el Gobierno. Vamos a trabajar juntos para asegurar la confianza pública y establecer un sistema de transparencia, participación pública y colaboración. La apertura fortalecerá nuestra democracia y promoverá la eficiencia y la eficacia en el Gobierno.
El Gobierno debe ser transparente
La transparencia promueve la rendición de cuentas y proporciona información a los ciudadanos acerca de lo que su Gobierno está haciendo. La información, mantenida por el Gobierno Federal, es un bien nacional. Mi administración adoptará las medidas adecuadas, en consonancia con el derecho y la política, para divulgar la información rápidamente, de forma que el público pueda encontrarla y utilizarla fácilmente. Los departamentos ejecutivos y las agencias deben aprovechar las nuevas tecnologías para mostrar online la información sobre sus operaciones y decisiones, de manera que estén disponibles para el público. Los departamentos ejecutivos y las agencias también deben solicitar un feedback público para identificar la información de mayor utilidad.
El Gobierno debe ser participativo
El compromiso público mejora la eficacia y la calidad de las decisiones del Gobierno. El conocimiento está muy disperso en la sociedad, y los funcionarios públicos se benefician de tener acceso a ese conocimiento disperso. Los departamentos ejecutivos y agencias estadounidenses deben ofrecer mayores oportunidades a los ciudadanos para participar en la política, de manera que contribuyan al Gobierno con los beneficios de su experiencia y su inteligencia colectiva. Los departamentos ejecutivos y agencias también deben solicitar información sobre cómo podemos aumentar y mejorar las oportunidades para la participación del público en el Gobierno.
El Gobierno debe beneficiarse de la colaboración
La colaboración integra de manera activa a los americanos en el trabajo de su Gobierno. Los departamentos ejecutivos y las agencias deben utilizar herramientas, métodos y sistemas innovadores para fomentar la cooperación interna, a todos los niveles de Gobierno, así como la colaboración con organizaciones no lucrativas, empresas e individuos del sector privado. Los departamentos ejecutivos y las agencias deben solicitar un feedback público para orientar y mejorar su nivel de colaboración, y para identificar nuevas oportunidades para la colaboración.
El liderazgo y la innovación deben ser un trabajo compartido por todos
Si algo hemos aprendido desde que comenzó la actual crisis monetaria es que la confianza resulta fundamental para el funcionamiento de nuestro sistema financiero, altamente complejo y globalizado, y para la propia salud de las instituciones que lo sostienen. De ahí la importancia de que la nueva forma de hacer política esté basada en la creación de valor social y en la ética de la acción responsable; y la mejor forma de crear estructuras de valor añadido es crear estructuras transparentes. Tomemos como ejemplo la Red, en la que el flujo de usuarios se desplaza hacia el sitio web o el blog que más valor aporta. De la misma manera, nuestras organizaciones deben ser transparentes, para que todo el mundo sepa qué es lo que aporta cada uno, y el flujo de conocimiento e información pueda desplazarse, de forma libre y natural, hacia los nodos donde realmente se genera valor.
Se trata de que los partidos y los líderes políticos adopten y asuman con sinceridad los valores esenciales de la Era de la Colaboración: la transparencia, la colaboración y la participación de todos los ciudadanos, el flujo libre de información, la toma compartida de decisiones, y la apuesta por un liderazgo colectivo. Se trata de que esos partidos y sus líderes vayan todavía un poco más allá, y pongan en práctica esos valores; de que se decidan por fin a interactuar con la sociedad, a acercarse a los ciudadanos sin trampas, sin filtros ni limitaciones. Se trata, en otras palabras, de que realmente “se crean” la política 2.0.
Esta credibilidad sólo puede ser fruto de la autenticidad, que hoy se ha convertido en un valor clave. Porque ya no valen las poses y las acciones de cara a la galería. Esta nueva forma de hacer política no es, en absoluto, una carrera en la que los partidos compiten por “colgar” más páginas en Facebook. No se trata de eso. Ni siquiera se trata de que los políticos tengan una presencia real en las redes sociales, por deseable que esto sea.
No sabemos si Barack Obama conseguirá triunfar o no, porque los problemas a los que se enfrenta son muy grandes y complejos, pero está claro que su apuesta por la transparencia, la participación y la colaboración parece auténtica. La forma en que desarrolló su campaña electoral, apoyándose en el trabajo y la contribución de miles de voluntarios, aprovechando al máximo las posibilidades de comunicación de las redes sociales, nos hace confiar en la autenticidad de su propuesta. Esta es una de las principales razones por la que los ciudadanos americanos y, de alguna manera, también una buena parte de la población mundial, ha depositado su confianza en él.
Al mismo tiempo, tampoco debemos olvidar que él no lo puede hacer todo. Lo fundamental es que los demás países y los demás gobiernos se sumen a esta nueva forma de hacer política. Porque, como venimos sosteniendo en este blog, el liderazgo ya no puede basarse en la decisión de un único líder carismático. En un escenario tan complejo y cambiante como el actual, el liderazgo que necesitamos para resolver los problemas actuales es colectivo. Dicho en otras palabras, el liderazgo y la innovación debe ser un trabajo compartido por todos.
me llamo antonio soy español solo decir que admiro al pueblo estadounidense por que despues de haber sufrido co gente que ha especulado con el sueño americano ha cambiado el curso de la historia poniendo en el poder ha un hombre luchador honrrado y que ademas ha estado con los humildes por que nunca los politicos los han ayudado por eso ahora se ha alzado el pueblo y ha dicho basta pasa lo mismo en todo el mundo los politicos no ayudan al pueblo solo ha los que subencionan sus campañas poder a sus amigos y el poder reside en el pueblo le ha dado el poder ha un hombre negro de piel pero blanco de espiritu y corazon por eso yo admiro al pueblo estadounidense gracias