A lo largo de mi vida profesional he emprendido proyectos muy diferentes, pero todos han tenido un denominador común: mi pasión por la innovación y por las personas. En cada uno de esos proyectos he descubierto algo valioso, y en cada empresa de la que he formado parte he encontrado una oportunidad para dar lo mejor de mí mismo. Pero sin duda alguna, la experiencia más gratificante de mi vida profesional ha sido la oportunidad de dirigir Sun Microsystems Ibérica, y de contribuir a su desarrollo como vicepresidente de Operaciones de la Región EMEA (Europa, Oriente Medio y África).

Durante 20 años tuve la fortuna de trabajar en proyectos de vanguardia con algunos de los pensadores más brillantes de la industria, innovadores de la talla de Scott McNealy, Eric Schmidt, Ed Zander, Carol Bartz o James Gosling. Y todo gracias a la cultura singular y las tecnologías de Sun. Fueron dos décadas de trabajo apasionante, de crecimiento profesional y, por qué no decirlo, de sueños cumplidos, porque muchos de los lemas que entonces orientaban e impulsaban nuestra actividad acabaron tomando cuerpo hasta hacerse realidad, hasta convertirse en parte de nuestro entorno.

Sun, un caso de éxito en innovación empresarial

Sun siempre fue una compañía rebelde, que desafió a lo establecido por la industria y el mercado. Y desde su fundación, a principios de los 80s, su cultura llevaba incorporadas las semillas de la innovación empresarial y la colaboración. Poco después, estas semillas dieron su fruto en la Web 2.0. Sin duda alguna, las aportaciones y la visión de Sun han contribuido a hacer nuestro mundo un poco mejor, más abierto, transparente y colaborativo.

Por todo ello, en la reflexión de hoy quisiera compartir unas interesantes lecciones de liderazgo extraídas de la experiencia y la cultura de Sun:

Una misión singular

Cuando pienso en Sun me vienen a la mente palabras como innovación, colaboración o integridad. Pero si tuviera que elegir una única palabra para definir el espíritu de la empresa, ésta sería rebeldía. Sun desafió todas las convenciones. Desde los inicios intentó ser una empresa diferente con una misión diferente: crear un mundo mejor.

Los lemas de la empresa, hoy convertidos en realidad, son un buen reflejo de su visión y su capacidad de innovación:

Sistemas abiertos para mentes abiertas

El primer eslogan de Sun fue “Open systems for Open minds”, es decir, sistemas abiertos para mentes abiertas. Hoy es algo que suena muy normal, porque estamos acostumbrados a colaborar en la Red, una plataforma común. Pero en aquel momento se trataba de un lema visionario y rompedor. Podemos decir que, prácticamente desde su fundación, Sun intentó revolucionar el mundo del desarrollo con su apuesta pionera por los sistemas abiertos.

La red es el ordenador

El siguiente lema de Sun fue “La red es el ordenador”, y la empresa luchó como nadie para que esa visión se convirtiera en una realidad. Con el tiempo, el formidable desarrollo de Internet, y muy en particular el auge de la Nube -los datos se encuentran en un servidor, y son accesibles desde cualquier dispositivo conectado- demuestran que la visión de Sun estaba llena de sentido y de contenido.

Una cultura de innovación empresarial

Las personas que se unían a Sun lo hacían tanto por la tecnología como por la cultura. Nunca existió una estructura rígida de mando. Era una cultura rebelde y transgresora, hecha a imagen y semejanza del líder. Y es que Scott McNealy era un visionario nato. Llevaba personalmente todos los temas relacionados con la comunicación a los empleados y con la cultura de la empresa. Era él por lo tanto, el encargado de moldear esa cultura, de señalar el camino, e incluso de «identificar a los enemigos». No es de extrañar que la cultura se configurase según los mensajes y lemas que Scott transmitía en los pasillos y en los actos oficiales.

Estos son algunos de los más famosos:

Trabaja duro y diviértete

Uno de los lemas favoritos de Scott era “Work hard have fun”, es decir, “trabaja duro, y diviértete”. La gente de talento necesita divertirse con lo que hace. Y en Sun la gente se divertía tanto que no se marchaba a casa… Recuerdo que tuve que poner en marcha una campaña con el lema «¡vete a casa ya!», porque la gente se divertía tanto que no encontraba un balance adecuado entre vida y trabajo.

Mejor pedir perdón que pedir permiso

Sun y Oracle

Para Scott, “es preferible pedir perdón que pedir permiso”. Lo que este lema quiere decir es que en Sun no había prácticamente limitaciones, que era preferible lanzarse -y rectificar después si hacía falta- que quedarse paralizado, pensando y pensando en los posibles inconvenientes sin llegar a hacer nada.

En otras palabras, Sun no era el lugar adecuado para la gente que se limitara a esperar órdenes.

Era una organización bastante reticente a los procesos perfectamente definidos y detallados. Tenías que descubrir por ti mismo qué es lo que había que hacer. El propio programa de acogida recogía este espíritu. Este era su título: “Llegar, Prosperar y Sobrevivir en Sun”. Podías cuestionar prácticamente todo, por lo que era un lugar ideal para la diversidad y la tolerancia.

Haciendo nuestro sueño realidad también en España

Sun Microsystems Ibérica arrancó en abril de 1989, en Madrid, en  un piso de 100 metros cuadrados situado en el Paseo de la Habana, bajo la dirección de José Aspas. España acababa de entrar en el Mercado Común. Telefónica estaba desbordada y tardaba hasta 6 meses en instalar una línea. En esa situación tan precaria, lo importante para montar la oficina no era el lugar, sino la conexión. De ahí la elección del piso, que contaba con dos conexiones. Hubo que quitar la nevera para conectar el servidor, ya que la cocina era el único lugar con potencia eléctrica suficiente, y el salón del piso pasó a utilizarse para realizar el training. Este entorno tan informal convivía con importantes signos de modernidad, como el uso del mail diez años antes de su popularización.

En aquella época, Sun estaba difundiendo uno de los mensajes que he mencionado: la red es el ordenador. Si en Estados Unidos aquello sonaba a ciencia ficción, imagínate a qué podía sonar en España… Era lo más parecido a salir a la calle a predicar envuelto en una túnica naranja, tal y como hacían los Hare Krishna. Y sin embargo, la visión de Sun es hoy también una realidad en nuestro país.

Una empresa diferente

Sun siempre fue una empresa diferente. Lo ilustró muy bien una periodista de la revista Actualidad Económica, que en una ocasión vino a hacerme una entrevista. En aquel entonces yo era presidente de Sun Microsystems Ibérica. Nos habíamos metido en una sala cualquiera para realizar la entrevista. Llevábamos apenas un par de preguntas cuando una persona de Sun entró y nos “expulsó”… La periodista se quedó realmente sorprendida, y lo contó así en la introducción del artículo:

“¿Qué pensaría si alguien le cuenta que en su empresa, un empleado puede desalojar de una sala de reuniones a su presidente, argumentando que la había reservado con antelación? Si no hubiera tenido que interrumpir la entrevista con José Cabrera, Presidente de Sun Microsystems Ibérica, por ese motivo, yo también hubiera pensado que eso es imposible. La situación se resolvió sin tensión, con naturalidad, pero antes de salir no pude evitar preguntar al empleado. «Disculpa, ¿sabes que acabas de echar al presidente? Sí, -contestó-. La tenía reservada para un cliente». La entrevista siguió con normalidad. Mi duda es si aquel empleado, sigue hoy en su puesto. En ese caso, Sun definitivamente es diferente.

La respuesta es obvia: por supuesto que ese empleado siguió en su puesto. Teníamos una cultura diferente a la del resto de las empresas. El foco estaba en las personas, en crear entornos donde las necesidades empresariales de control y resultados fuesen compatibles con las necesidades personales de creatividad y propósito. Esa era nuestra forma de hacer las cosas. La red era nuestra cultura, nuestra forma de trabajar y nuestra forma de hacer negocios. Fuimos los primeros nativos de Internet, y eso nos hacía diferentes.

Es evidente que Sun fue para nosotros más que una empresa. Era una forma de enfocar el trabajo y la vida. Era impresionante ver a esa cantidad de gente inteligente divirtiéndose mientras realizaba un trabajo increíblemente duro y exigente, todo en un ambiente de alto riesgo y, a la vez, de alta rentabilidad.

Al final, lo que la historia de Sun demuestra es que no hay límite para lo que un grupo de personas comprometidas puede conseguir cuando comparten una visión y un propósito común. Sun tuvo las agallas para hacer lo que hay que hacer si quieres innovar en solitario, y para prosperar en un ambiente impredecible y en ocasiones hostil. Tuvo la voluntad interna y la confianza necesaria en sus capacidades para seguir con una estrategia que en aquel momento era impopular, y que más adelante demostró su valía.

La imagen que mejor define la cultura de Sun es la de una extraña balanza en la que el caos y la genialidad se contrapesan buscando un equilibrio que no siempre resulta fácil. Fruto de esta tensión surgieron grandes innovaciones como Sparc, Solaris o Java. Muchas de ellas nacieron de forma imprevista, y en contra del propio Statu Quo tecnológico de la compañía. Tanto es así que de forma interna, entre los desarrolladores de Sun, circulaba el siguiente dicho: «El valor de un proyecto es directamente proporcional al número de veces que se ha cancelado». La mejor prueba de ello es que Java -que luego fue un proyecto estrella- solo vio la luz tras superar varias cancelaciones de los proyectos originales por parte de la compañía.

Sun y el liderazgo como proceso de creación de valor a través de las personas

Son muchas las lecciones que podemos extraer de esta aventura apasionante de la innovación. Pero si tengo que elegir una, diría que mi experiencia en Sun es la que me ha llevado a entender el liderazgo como un proceso de creación de valor a través de las personas. Es ésta la filosofía que intento reflejar y transmitir en las conversaciones de este blog.

También tienen su origen en Sun otras tres ideas-fuerza que considero esenciales para superar las limitaciones del management actual:

  1. El liderazgo es un trabajo de todos. La imagen del líder carismático, el genio que se sitúa en lo alto de la pirámide de las organizaciones y es capaz de saberlo todo y de tener respuesta para todo, ha quedado superada y obsoleta. Simplemente ya no sirve. Hoy, el líder no puede ser el único depositario de la respuesta; no puede decidir sólo qué hay que hacer o dejar de hacer, ni qué productos hay que lanzar. Eso pertenece a un pasado en el que los mercados eran estables, conocíamos la competencia y habíamos tomado decisiones parecidas en numerosas ocasiones. En esta nueva Era de la Colaboración y el conocimiento, el líder no puede seguir siendo el fabricante de decisión. Por eso estoy convencido de que el liderazgo es un trabajo de todos, por lo tanto es un liderazgo colaborativo o colaborador, es decir una tarea que debe ser compartida por todos los integrantes de la organización. 
  2. La innovación es un trabajo de todos. La capacidad de crecimiento depende hoy, esencialmente, de nuestra capacidad para innovar. Y la innovación se ha convertido en un trabajo que todos debemos compartir, una innovación colectiva. Las organizaciones están llenas de gente con ideas interesantes, pensadores y solucionadores de problemas con espíritu emprendedor que solo necesitan una cultura organizativa que les permita innovar.
  3. La Innovación ha de traducirse en resultados. Ninguna compañía sobrevive sin resultados. Ninguna historia de éxito puede acabar como en esta famosa humorada: «La operación ha sido todo un éxito. Con una única salvedad: el paciente ha muerto». La lección de Sun también nos muestra que no basta con desarrollar una poderosa cultura de innovación si al final no somos capaces de traducirla en valor añadido para los clientes, y de transformar ese valor en resultados para los accionistas. En palabras de Scott «have lunch or be lunch».

Oracle-Sun, el futuro ya está de nuevo aquí

Siempre que miramos hacia el pasado, aunque solo sea para recordar los momentos vividos, corremos el riesgo de caer en una cierta melancolía. No es esa mi intención. Sun todavía tiene muchas páginas por escribir, y está claro que a partir de ahora lo hará de la mano de Oracle, que hace apenas un año adquirió la compañía. Las sinergias entre ambas compañías son obvias. Ambas compañías han sido pioneros y líderes en las tecnologías necesarias para hacer la visión de «cloud computing»  una realidad en sus clientes. El futuro ya está de nuevo aquí. La red es hoy más que nunca el ordenador.

Puedes compartir tu experiencia en Sun aquí.

14 Comments

  • Luis dice:

    Muy interesante Jose, me has llenado la cabeza de recuerdos. Lo que dices de la diversión en esa época es muy cierto, yo recuerdo que en mi primer día en Sun (año 2000) se me invitó a realizar un pequeño trabajo en un cliente de noche, al final ese trabajo sin darnos cuenta se alargó y terminamos de empalmada de vuelta en las oficinas de KIO por la mañana. Nunca pensé empezar así mi carrera en SUN. 🙂

  • Ramon dice:

    Yo también disfruté mucho de mi etapa en Sun y posiblemente también ha sido la más gratificante trabajando como empleado
    Es absolutamente cierto lo que dices del programa de acogida. Mi primer día en Sun iba a ser un lunes. El jueves de la semana anterior me llamó mi nuevo jefe, y me preguntó si era un problema que empezara mi primer día en las oficinas centrales en Santa Clara, para aprovechar un curso que se realizaba para nuevos empelados. Al decirle que no era problema, que al contrario, me dijo que perfecto, que preparaba todo y que podía pasar a recoger los documentos del viaje el viernes por la tarde. El viernes por la tarde fuí a recoger la documentación del viaje y la chica de recepción me entregó un sobre con un billete de avión a San Francisco, para la mañana siguiente, con un post-it pegado en el que había escritas dos direcciones de California: la de Sun en Santa Clara y la del hotel que me habían reservado. Ese era todo «el dossier de viaje». Yo venía de una multinacional «tradicional» donde el departamento de viajes hasta te pedía el taxi para ir al aeropuerto para que no tuvieras que molestarte en hacerlo tú. Lo primero que pensé fue: ¡Dónde me he metido! Siempre he querido pensar que fue una prueba para comprobar mi capacidad de trabajar en un entorno altamente desestructurado como el que me esperaba en Sun. Si conseguía llegar al curso y volver a España podía también trabajar en Sun. 🙂

  • Antonio dice:

    ¡ Que tiempos aquellos Jose !! Yo me incorporé a Sun en el 97. Recuerdo perfectamente la campaña de » ¡ Vete a casa ya ! y me chocó enormemente pués todos los dias eran las 20.00 y las 21:00 y te seguias encontrando a un montón de gente por la oficina trabajando muy duro. 🙂 La cosa llegó a tal punto que cuando Carolina Caparros se incorporó a la dirección de RRHH (algún año después, ya no recuerdo muy bien……) llegó incluso a «amenazar» medio en broma medio en serio en un kick-off con cerrar las oficinas a las 18:00 !! Logicamente aquello no llegó a suceder nunca, y claro, tampoco dejamos de irnos a casa igual de tarde porque fueron tiempos de crecimientos exponenciales, y las propuestas o las incidencias no podian esperar al dia siguiente, o al menos eso pensabamos los que estabamos en la empresa. Para mi eso era compromiso en estado puro, muy dificil de encontrar en otras empresas.

  • Carol dice:

    En Sun todo era posible.. 🙂

    Al año de incorporarme a Sun como Directora de Formación, las aulas que teníamos en Torre Picasso se nos quedaron pequeñas.
    Las ventas eran un éxito.
    Una mañana se acercó a mi cubículo un Arquitecto Californiano que amablemente me pidió que diseñara el Centro de Formación adecuado – Sin dudarlo un minuto le hice a mano alzada un dibujo de mi Centro de Formación “ideal” junto con un espacio para el equipo . A los dos días tenía sobre mi mesa los planos diseñados por el equipo de arquitectos de Corporación y al mes estaban terminadas las obras. Un magnifico Centro de Formación que ocupaba el ala Norte de la planta 25 de Torre Picasso, 6 aulas perfectamente equipadas y un precioso espacio para las ocho personas que en ese momento componíamos el equipo.

    Años más tarde cuando José Carbrera me “sugirió” que dejara el espacio libre en Torre Picasso, decidí que si tenia que salir de las magníficas oficinas de Torre PIcasso solo podría moverme a «las Kio». Y así sucedió. La planta 13 y la planta 1 de Las Puertas de Europa se convirtieron el el Centro de Formación de Sun Microsystems con más de 23 aulas…

  • ¡Qué grandes años 90 pasamos en Sun! Siempre los recordaré con cariño. Es cierto que trabajábamos con intensidad, pero lo mejor de todo era que nos divertíamos «currando» en una multinacional (casi nada…). Por cierto, creo que nunca he visto mayor concentración de talento en una empresa como en «la Sun» de finales de los 90.
    Pero Pepe, lo mejor de todo es haber vuelto a trabajar contigo en Innopersonas. La diversión continuará durante muchos años.

  • Elena dice:

    Yo fui parte de esa gran compañía durante los finales de los 90, una buena forma de empezar un curriculum y de forjarse como profesional, ¡qué de buenos recuerdos! ¡qué gran compañía! ¡qué grandes profesionales!

    Todo hacía que fuera divertido, el reto, los compañeros, todavía recuerdo con muchísimo cariño la lucha de los Sun Competency, la inauguración de la oficina de Barcelona, los torneos de fútbol, aquellos kickoffs, mis primeras charlas en público frente al Canal, en aquellas era una pipiolilla, gracias a Sun por confiar en mi en aquel momento, me hizo crecer como persona y como profesional.

    Pepe, y tú qué gran Director General, siempre recuerdo con muchísimo cariño la última charla cuando entré a despedirme a tu despacho y me dijiste aquello de: «Siento que te vayas porque estás comparando tu pasado en Sun con tu futuro en tu nueva compañía, deberías haber hablado conmigo antes y comparar tu futuro en Sun (el proyecto) con el futuro en tu nueva compañía, de todos modos te deseo mucha suerte».

    Que sepas que en estos años de carrera, ya han pasado unos pocos, he aplicado SIEMPRE esa frase tuya, y por suerte me ha ido muy bien.

    Muchas gracias a todos los compañeros de Sun que me ayudaron y trabajaron codo con codo conmigo en su momento hasta larrrrgas horas, pero siempre divirtiéndose mucho.

  • Yo no he tenido la oportunidad de trabajar en Sun pero he vivido muy de cerca todo lo que estais comentando. Creo que uno de los factores de éxito de Sun en aquellos años fue el «alignment» de su visión en toda la compañía, de arriba abajo, de izquierda a derecha, de dentro a fuera…una tarea «sencilla» de plantear y definir en un powerpoint, pero muy díficil de ejecutar.

    Los nativos digitales estarían encantados de trabajar en la Sun que describis 🙂

  • Jaime Cid dice:

    Pepe, ¡qué buenos recuerdos!, desde luego era una compañía adelantada a su tiempo, A mi me gustan especialmente los lemas de «“trabaja duro, y diviértete” y «Mejor pedir perdón que pedir permiso». Tambien tuve la oportunidad de aprender y practicar blogging corporativo (http://blogs.sun.com/jaimecid/), y practicar con nuevos modos de hacer las cosas. Desde luego fue una bonita etapa profesional.

  • Muy interesante José.

    Fueron tiempos interesantes y con muchos incertidumbres. Me hizo recordar de dos libros que me impactaron y que cuentan una historia de cómo crear una cultura empresarial atípica y contracorriente.

    1) Ricardo Semler (fundador y presidente de SEMCO), “7 day weekend” http://www.amazon.com/Seven-Day-Weekend-Changing-Work-Works/dp/1591840260 La cultura de SEMCO era y es una cultura de exploración sin límites basado en crear y divertirse. Donde las personas y los equipos deciden el nombre de sus puestos y en que proyectos les gustarían trabajar y con quien como compañeros de viaje. .

    2) Pilar Jericó “No miedo”. La gestión de personas a través de las técnicas de inspiración, innovación, motivación y respeto.

    Un saludo,

    Christopher

  • Carlos Otero dice:

    Pepe, que puedas haber resumido tan genialmente la vida de una compañía saltando de lema en lema habla por sí solo de la intensidad de su cultura y del profundo significado que cada una de esas frases emblemáticas encerraba.

    Pero honestamente, hay que reconocer que la cultura más densa no llega a los empleados si no hay retransmisores al menos de tanta calidad como los que la crearon. Y ese has sido tú durante muchos años para los que disfrutamos del regalo de trabajar en Ibérica S.A. Muchos me han oido decir que tenías la capacidad de hacernos levitar 10cm sobre el suelo tras cada kick-off o cada business day.

    Quería darte las gracias personalmente por esos momentos y las enseñanzas que espero haber derivado de aquéllo.

    P.D. Creo que el recuerdo te traiciona en lo de «Work Hard». Yo al menos le escuché varias veces en Denver «Kick butt and have fun». Supongo que una licencia al calor de una presentación ante miles de empleados.

  • Marisa dice:

    Si tuviera que recordar uno entre tantos momentos memorables que viví en Sun, sería este:

    A pesar de tener otras funciones en Sun, me encargo de organizar el voluntariado corporativo de la empresa (unos diez años antes de que en España se empezara a hablar de cuidar el talento corporativo). Hablo con el responsable de los proyectos de motivación de empleados y le propongo: «He pensado hacer una campaña de recogida de material escolar para los niños de los campamentos de refugiados saharauis. Podríamos recoger el material y luego que los propios empleados lo lleváramos a la parte militarizada del desierto de Argelia para entregarlo personalmente y que todo el mundo vea con sus propios ojos dónde va a parar nuestra ayuda. Por supuesto me gustaría que la empresa financiara y organizara esos viajes para que cualquier empleado que quiera pueda ir».

    El responsable en cuestión me mira divertido y me propone hablar directamente contigo así que decido acudir a tu despacho y te cuento la misma película.

    La idea te entusiasma, decides que «la Sun» financiará los viajes para 25 empleados y me pides que te llame nada más aterrizar todos sanos y salvos de vuelta en Madrid.

    Nuestro regreso se retrasa un día entero porque los soldados argelinos nos retienen junto con otras tres mil personas en los campamentos de Tindouf donde sólo hay un teléfono que funciona unas dos horas al día.

    Finalmente volvemos a casa sanos a medias (casi todos con gastroenteritis), hacemos un vídeo con la experiencia y tú lo llevas con orgullo durante mucho tiempo en la cartera aunque los americanos no terminan de entender muy bien qué demonios hacíamos en Tindouf.

    En ese momento nos parece lo normal pero muchos años más tarde comprendemos todos que Sun era diferente y que estábamos inventando sin pretenderlo la mejor herramienta de motivación humana, la que, como decía Victor Frankl, hace feliz al hombre que trabaja en algo que le trasciende.

    Esa es una de las razones por la que, tantos años después, muchos de nosotros seguimos recordando y, al menos yo, añorando aquella época, porque ya fuera por los que dirigíais la empresa en ese momento, ya fuera por el buen momento económico, por el proyecto, las personas o todo el conjunto, el caso es que coincidimos todos trabajando en un sueño más importante que cualquiera de los nuestros.

    En lo que a mí me toca, gracias.

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